Vocaciones desperdiciadas, que no perdidas, por Enrique Vega

Tal día como hoy, 9 de julio, de hace cuarenta y ocho años (1973), cinco jóvenes Caballeros Alféreces Cadetes (CAC) (1) de la Academia de Infantería (Toledo), con apenas algo más de los veinte años, fueron arrestados e incomunicados en las propias instalaciones de la Academia. Iniciaban un calvario que nunca pensaron que podría ocurrirles cuando unos años antes habían ingresado en la Academia General Militar (Zaragoza), tras dura oposición, como cadetes, con la ilusión de servir a su país vistiendo el uniforme militar. Un país que les preocupaba y por el que se interesaban. Un país que atravesaba, en esos momentos, primeros años de los setenta, momentos de incertidumbre y agitación.
Nadie les dijo inicialmente nada del porqué de aquel arresto, pero no tardaron en intuirlo. Los cinco formaban parte de un pequeño grupo informal de amigos que se interesaba, hablaba y comentaba la situación del país y de su incierto próximo futuro. Y, sobre todo, discutía, en los ratos libres, en los descansos, en la cantina, con el también grupo informal de compañeros acérrimos partidarios y propagandistas de las más extremas posturas de lo que entonces se conocía como el “bunker” y tenía como adalid y mentor doctrinal al notario Blas Piñar.
No parece que sentara tampoco demasiado bien a los mandos de la Academia que este grupo de jóvenes amigos con inquietudes solicitaran permiso para alfabetizar al personal de reemplazo analfabeto que hacía su servicio militar en los servicios de la Academia o que propusieran que el personal civil de limpieza (total o mayoritariamente mujeres) pudieran utilizar los autobuses militares para subir y bajar de la Academia a Toledo, como hacía el personal militar. Y mucho menos que pidieran ser eximidos de determinados actos religiosos que no exigieran puesto en formación.
[…] fueron expulsados y privados de su vocación militar cuatro CAC, dos de ellos de cuarto curso, a los que solamente faltaban dos días para recibir su despacho de teniente y su condición efectiva de militares de carrera, mientras al quinto se le sancionó con treinta días de arresto y apercibimiento de expulsión. Por unos docentes incapaces de aprehender la realidad de la sociedad de su propio país, en el que se estaba produciendo una profunda transformación en las mentalidades, las costumbres y las actitudes de la población, especialmente de los jóvenes.
[…] Una discriminación que solo será parcialmente reparada nueve años después por la Ley 24/1986 de Rehabilitación de Militares Profesionales, que reconociendo “el trato desigual” que la Ley 46/1977 había dado a ciertos militares (en clara referencia a los miembros de la Unión Militar Democrática expulsados de las Fuerzas Armadas y a los CAC de la Academia de Infantería) “al no conferírseles la posibilidad de reingreso en las Fuerzas Armadas”, establece, en su Disposición Adicional, que “los alumnos de las Academias militares que no hubieran consolidado su condición de militar profesional ….. podrán solicitar el reconocimiento del empleo que les hubiera correspondido [el de capitán de Infantería en este caso, al que fueron ascendidos] …. si no hubiera existido interrupción en la prestación del servicio, optando en su solicitud por la situación de Reserva Activa o Retiro. El tiempo de separación les será computado a todos los efectos, con la excepción de la percepción de haberes”.
Reparación solo parcial ya que, si bien se les concede el empleo de capitán, alcanzado en esos momentos por los demás miembros de su promoción, se les obliga a “optar” por solicitar su pase a la reserva o el retiro, es decir, a abandonar su posible carrera militar futura, como se les había privado de ejercerla hasta entonces.
Cuatro carreras destruidas antes de iniciarse. Cuatro vocaciones desperdiciadas, que no perdidas.
[…]
Puedes leer el artículo completo de Enrique Vega Fernández en el Blog Memoria Militar Democrática del diario digital Nueva Tribuna:
https://nuevatribuna.publico.es/articulo/sociedad/militares-represaliados-franquismo-vocaciones-desperdiciadas-carreras-perdidas/20210709134046189307.html
Enrique Vega Fernández es Coronel de Infantería en situación de retiro, portavoz del Manifiesto en contra del franquismo en las Fuerzas Armadas y miembro de la Asociación por la Memoria Militar Democrática.