Daniel Pazó Vila: un republicano nunca vencido

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El mismo día 19 se recibe en el “Jaime I” un telegrama del Ministro de Marina, ordenando su salida para Cádiz y que procediese a comunicar su situación cada cuatro horas. El día 20 a las tres de la madrugada el acorazado parte con rumbo a Cádiz. Aproximadamente a las 12 de la mañana, la tripulación comienza los preparativos para evitar que el acorazado sea puesto al servicio de la Armada sublevada. El detonante es el siguiente radio recibido desde Madrid:
“Camaradas Jaime I: todo el verdadero pueblo español está pendiente en estos momentos de la actitud de nuestra Flota. Ha llegado el momento de demostrar que los traidores no tienen lugar en nuestros barcos. Nunca he dudado de vuestro heroísmo y vuestra lealtad. Seguid el ejemplo del crucero Libertad cumpliendo vuestro deber. Viva la Libertad. Viva la Revolución. Mueran los traidores”.
Más tarde, desde el “Jaime I” se emite la siguiente comunicación a Madrid:
“Situación a las 01:20 horas, cuadrícula 41º 2’N. 9º 7′. Jefes y Oficiales francos de servicio. Resistiendo Jefes y Oficiales de servicio en el puente. Rendidos violentamente resultó muerto Capitán de Corbeta y un Teniente de Navío. Heridos graves, un Teniente de navío, un Alférez de Navío, un Cabo de Artillería y dos marineros”.
Daniel Pazó vivió desde allí los tensos momentos de la lucha de la tripulación para evitar que el acorazado fuese rendido a los golpistas, tal y como pretendía la oficialidad del buque. Finalmente la lealtad al Gobierno de los marinos republicanos del “Jaime I” se impone y el buque queda unido para siempre a la Flota Republicana. El «Jaime I» pone rumbo a Tánger siguiendo nuevas órdenes del Gobierno de la República.
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Semihundido el “Jaime I”, Daniel Pazó es destinado a Almería a finales de 1937, ciudad que Daniel ya conocía, al menos desde que el “Jaime I” atracó en su puerto en abril de 1937. Allí permaneció hasta finales de mayo cuando el acorazado tuvo que partir rumbo a Cartagena para reparar los daños que le ocasionaron, primero el bombardeo del 21 de mayo, alcanzado por tres bombas lanzadas desde cinco Savoia S-79 italianos y después, el 24 de mayo, por las bombas de varios hidroaviones AS-88.
En Almería es destinado a la Batería Antiaérea nº 2. Allí se encarga de los aspectos técnicos del montaje de parte de la artillería secundaria del “Jaime I”, piezas Vickers de 101/50. En Agosto de 1938 pasa destinado al Estado Mayor de la Flotilla de Vigilancia y Defensa Antisubmarina de Almería.
Desde Almería sufrió el abandono al que fue sometida la ciudad a finales de la guerra, las promesas incumplidas de ayuda, abandonada a su suerte, pero Daniel, como tantos otros leales a la República, resistió hasta el último momento. Almería tuvo que salvarse a si misma del dolor y la miseria. Franco nunca perdonó a la ciudad de Almería su fidelidad a la República. Cabe decir, para mayor gloria de los almerienses, (y de Daniel Pazó), que éstos nunca echaron de menos y jamás pretendieron el perdón del Dictador.
El abril de 1939, acabada la guerra, Daniel Pazó Vila se presenta ante las autoridades franquistas de Almería e inmediatamente es detenido. Le quitan su documentación y todo lo que lleva de valor, le someten a una paliza y es ingresado en la Prisión Provincial. Desde allí, más tarde lo trasladan a la Cárcel del Ingenio en el Barrio de Los Molinos de Almería (1), de allí a la prisión de Linares (Jaén) , desde donde es llevado al campo de concentración de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), después a Madrid, a la Cárcel de Yeserías (2), desde donde después de 17 meses, el 18 de agosto de 1940, es trasladado a la Prisión Naval de La Escollera, en Ferrol.
Por el solo hecho de haber formado parte de la tripulación del “Jaime I” es incluido en esa especie de “causa general” abierta contra la tripulación de acorazado (Causa 1189/39). La posibilidad de ser ejecutado es muy elevada, llegando incluso a estar en “capilla” para ser fusilado. Sentenciada la causa se le concede la libertad provisional y es enviado al Depósito del Arsenal de Ferrol, donde permanece hasta el 7 de noviembre de 1940, permitiéndole desde esa fecha regresar a su domicilio. En total más de un año y ocho meses de prisión por el solo hecho de haber sido fiel a la República, a su juramento como militar….y a sus convicciones republicanas.
Fiel a su tesón se pone a la obra de rehacer su vida. Se dedica a la pesca, tras un breve paréntesis en la pesca de altura, pasa a la pesca de bajura en el puerto de Panxón, también a la recogida de algas, primero con una pequeña gamela y después como práctico local de pesca en los dos pesqueros de bajura que construyó él sólo, el «Pinta de Colón» y «El Desconocido».
Fruto de su experiencia y sus grandes dotes de observación, inventa una nasa plegable, después vino su más importante hallazgo: Los “Casulos”, bolsas para la carnada de las nasas para la pesca del pulpo, llega a hacer tres prototipos diferentes y patentar el tercero de ellos, patente que le es reconocida, pero que finalmente no pudo registrar por carecer de los fondos económicos que le pedía el Gobierno. No obstante, su patente es utilizada y agradecida por aquellos a los que iba dirigida. El Club Marítimo Marisma da Ramallosa le dedica una emotiva exposición homenaje en reconocimiento de sus patentes.
Desde el mismo momento en que se produce la llegada de la democracia, Daniel se fija como objetivo conseguir el reconocimiento justo y merecido como marino de la República.
Sigue haciendo gestiones, contactando con todo aquel que pudiera salir en su ayuda, escribe cartas, se pone en manos de un abogado madrileño……y finalmente el 12 de marzo de 1991 el Ministerio de Economía y Hacienda expide documento autorizando la concesión a Daniel de una pensión Nivel 10, vitalicia y revalorizable, con carácter retroactivo desde el dos de noviembre de 1984, y abono de los atrasos acumulados desde esa fecha, seis años y cinco meses. De forma paralela le es reconocido el grado de Capitán de Corbeta de la Armada y autorización para el uso del uniforme e insignias. Daniel contaba entonces 70 años.
Como buen republicano Daniel Pazó Villa nunca se rindió, así se lo hizo saber a Roberto Dorado, Director del Gabinete de la Presidencia del Gobierno a través de la carta que le dirige con fecha del 27 de noviembre de 1984, solicitando la atención a sus justas pretensiones, carta que acaba así:
“Rendido, desarmado, pero nunca vencido”
Fdº: Daniel Bernardino Pazó Vila.
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Fuentes:
* Información facilitada por D. José Manuel Rodríguez Crespo.
* Documentos oficiales.
Benito Sacaluga es miembro de la Asociación por la Memoria Militar Democrática y autor del Blog BENITO SACALUGA RODRIGUEZ, dedicado a la Flota Republicana durante la Guerra Civil española. Benito Sacaluga es nieto de Benito Sacaluga Rodriguez, Teniente Coronel de Máquinas de la Armada, Jefe de los Servicios de Inspección de Máquinas de la Flota Republicana y Director de la Escuela Naval Popular de Cartagena y represaliado por el franquismo por servir bien y fielmente a la II República Española.
Referencias:
Puedes leer el artículo completo de Benito Sacaluga en el blog «Memoria Militar Democrática» del diario digital Nueva Tribuna:
https://www.nuevatribuna.es/opinion/memoria-militar-democratica/daniel-pazo-vila-republicano-nunca-vencido/20201104163219180893.html
El País: El Leonardo que sometió al pulpo
El artículo «DANIEL PAZÓ VILA: UN REPUBLICANO NUNCA VENCIDO» y la imagen de Daniel Pazó con los galones de Cabo Artillero se publicaron primero en el Blog BENITO SACALUGA RODRIGUEZ:
https://benitosacalugarodriguez.blogspot.com/2016/05/daniel-pazo-vila-un-republicano-nunca.html