¿Viva España o vivan nuestros privilegios?
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Y es que, digámoslo claro de una vez, en las Fuerzas Armadas Españolas hay corrupción. Y no es para nada extraño que así sea. No solo debido al pasado en el que esa cúpula dominante del ejército se dedicaba descaradamente a buscar su beneficio, a costa del interés general si era necesario. A día de hoy son demasiados los factores que permiten y propician la corrupción en nuestros ejércitos: el ya citado hermetismo, ese mal entendido «compañerismo» que les lleva a cubrirse entre ellos, sobre todo dado a que entre ellos se conocen; las auditorías de las propias cuentas del ejército, en gran parte opacas y que son realizadas por el propio ejército; o la existencia de un sistema judicial específico de las Fuerzas Armadas que padece los mismos problemas, ya que pueden ser formados por militares que bien pueden estar metidos en el sistema corrupto; convirtiendo los instrumentos que deberían guiarse por la honradez y estar dedicados a perseguir los desmanes, las faltas y la corrupción; en herramientas para la opacidad, el amiguismo y la corrupción.
Pero por supuesto, esto no quiere decir de ninguna manera que todos nuestros mandos y oficiales sean deshonestos o corruptos, que solo buscan aprovecharse y buscar su beneficio; no se puede caer en categorizaciones simplistas ni en el maniqueísmo de decir que todos los de arriba son unos corruptos sinvergüenzas, porque eso no se aproxima a la realidad ni en el más alarmista de los análisis. Pero nadie puede negar, y menos si es alguien que ha servido en ellas, que en las Fuerzas Armadas Españolas, en mayor o menor medida, y con más o menos gravedad, pervive un sistema de corrupción mantenido por los herederos que, de un modo u otro, han seguido sosteniendo ese sistema como lobby y como manera para buscar su propio beneficio.
La pregunta que nos deberíamos hacer entonces sería: En la España del Siglo XXI, ¿queremos unas fuerzas armadas propias de un país absolutista, unas propias de una dictadura, unas que dejen a la corrupción y a los corruptos campar a sus anchas, o unas fuerzas armadas propias de una democracia que sirvan con honestidad al poder civil elegido por todos sin que puedan proceder por su cuenta o actuar como un grupo de presión; y que con su honroso y honrado esfuerzo sirvan a quienes están obligados a hacerlo y así lo han jurado o prometido?
Puedes leer el artículo completo de Alberto Romero García publicado en Memoria Militar Democrática en el diario digital Nueva Tribuna:
https://www.nuevatribuna.es/opinion/memoria-militar-democratica/viva-espana-vivan-nuestros-privilegios/20190708165529164308.html
Alberto Romero García es ex-militar y firmante del Manifiesto en contra del franquismo en las Fuerzas Armadas